jueves, 7 de julio de 2011

El amor es sufrido y considerado, nunca es celoso. El amor no es engreído, nunca es grosero o egoista, nunca se ofende ni es resentido. El amor no encuentra placer en los pecados de los demás y se deleita en la verdad. Siempre está dispuesto a escuchar, confiar, esperar y a soportar todo lo que venga.