domingo, 10 de julio de 2011

Hay mucha gente mala, pero la mayoría no es tan mala. Yo creo que la mejor opción es siempre no desconfiar, nunca. La desconfianza no sirve. La desconfianza te debilita y te aísla, vos terminas desconfiando de todos. Entonces el verdadero mal te lo haces a vos y no a los otros. La desconfianza nos recluye, nos hace perder nuevos afectos y nos deja a la deriva. Nos podemos equivocar, confiando en la gente equivocada, pero la mayoría de las veces no es así, confiamos en los amigos.